Day Trading: ¿de qué se trata?

¿Qué es Day Trading?

El Day Trading es la compra y venta de valores, donde las posiciones, casi siempre, se abren y se cierran dentro del mismo día. De esta característica es que se desprende su nombre.

En todos los mercados líquidos se puede hacer day trading con acciones, divisas, materias primas, índices futuros y otros derivados financieros.

¿Cómo funciona el Day Trading?

Los day traders —es decir, los traders que eligen esta forma específica de invertir— utilizan gráficos y sentido común para generar ideas de trading en lugar de datos fundamentales.

Algunos de ellos se especializan en el trading de una lista de instrumentos muy líquidos, como los índices de futuros o CFDs y pares de Forex. Otros negocian acciones, donde se concentran en las más activas y volátiles del día a día.

El objetivo es aprovechar la volatilidad propia de los activos y del mercado para obtener la mayor ganancia posible dentro del mismo día. Son inversiones a muy corto plazo.

Las estrategias de day trading deben incluir los siguientes elementos:

Filtro: es un conjunto de reglas que pueden estar relacionadas con el volumen, la volatilidad, la hora del día y la posición de ciertos indicadores que señalan cuándo comenzar a buscar configuraciones.

Configuración: es un segundo conjunto de reglas y condiciones que deben ocurrir antes de que se ingrese una operación. Cuando todas estas condiciones se den, deberás buscar un disparador.

Disparador: define el momento exacto en el que ingresarás a una operación. Este es el último evento que debe ocurrir para confirmar una transacción. En muchos casos, un disparador implicará que el precio o un indicador cruce un nivel específico y se cierre por encima o por debajo de ese nivel.

Tamaño de la posición: para cada estrategia debe haber una forma específica de calcular el tamaño de la transacción que ingresarás.

Stop loss inicial: es un nivel de precio en el que cerrarás una operación que está ocasionándote pérdidas para, así, evitar pérdidas adicionales. Al conocer el tamaño de tus posiciones y tu límite de pérdida antes de ingresar en una operación, sabrás cuál es el riesgo máximo que correrás en ella.

Precio objetivo: es el nivel en el que cerrarás, total o parcialmente, una operación. Normalmente, este será el nivel de precios con mayor probabilidad de ser alcanzado y que te generará mayores ganancias.

Plan de gestión comercial: incluye técnicas como trailing stops, scaling y el momento exacto en el que cerrarás una posición abierta antes de que cierre el mercado.