El trading se basa en la compra y venta de activos financieros, o bien en la toma de posiciones sobre ellos, aprovechando las fluctuaciones de sus cotizaciones.
Este método es clave para quienes no están satisfechos con su economía y buscan obtener beneficios extra. Se trata de un método financiero tentador porque las ganancias pueden ser altas, pero hay que recordar que también el riesgo es elevado. Requiere de análisis y experiencia y, sobre todo, intentar conocer el perfil de riesgo que uno está dispuesto a correr para determinar si se es apto para soportar la presión que comporta.
El propio trader busca determinar si un precio subirá o bajará en un lapso de tiempo determinado y actúa en base a su análisis, que tiene en cuenta estadísticas y tendencias para saber cuándo ganar o no. Además, de una situación específica del mercado en un corto plazo considera una diversidad de productos financieros, a diferencia de la forma tradicional de invertir, que sólo tiene en cuenta las acciones.
Otra diferencia tiene que ver con el tiempo, ya que el trading utiliza periodos de tiempo muy cortos medidos en días, horas o minutos, lo cual permite obtener ganancias a través de las diferencias de precios. Se trata, pues, de comprar y vender en tiempos breves, basando el precio en activos financieros, como el oro o materias primas.
Beneficios del trading
Los especialistas coinciden en señalar cinco notorios beneficios de operar con esta modalidad:
Accesible.
La democratización tecnológica permitió el acceso a millones de personas a los mercados financieros mediante diferentes herramientas. En cuanto al trading, existen muchas plataformas online que permiten acceder a dichos mercados a través de brokers regulados por organismos internacionales y locales.
Otro aspecto relacionado con la accesibilidad es que internet ha puesto a disposición de los usuarios abundante información sobre cómo operar y hacer trading en diferentes tipos de activos.
Variedad y versatilidad.
Ofrece una extensa gama de instrumentos en los cuales invertir. La economía no es estática, tiene variables, lo que hace que en determinados momentos las cotizaciones de determinados sectores resulten más convenientes que otros y el trading permite aprovechar el momento.
Asimismo, ofrece versatilidad, puesto que se puede invertir en divisas, acciones, índices, materias primas, criptomonedas, derivados y futuros, entre otros. Este abanico de opciones le permite al trader abrir posiciones donde considere que puede obtener mayores ganancias.
Apalancamiento.
Posibilita invertir dinero en cantidades menores y el bróker pone la diferencia. De esta forma, se multiplican los fondos para invertir y también las ganancias del trader. Sin embargo estos productos apalancados representan un fuerte riesgo porque la otra cara de las grandes ganancias es la posibilidad de la pérdida total del depósito inicial.
Libertad.
Los comienzos del trader no son fáciles, pero cuando alcanza algún grado de madurez, fruto del acierto y el error, puede convertirse en su propio jefe y alcanzar la libertad financiera.
Costos bajos.
Los costos de entrada son bajos ya que los valores transaccionados surgen de la diferencia entre los precios de compra y venta.
Las habilidades del ‘trader’
Entre las habilidades que debe tener un trader para el logro de sus objetivos, los especialistas señalan poder realizar análisis técnicos de estadísticas y gráficas para optimizar ganancias y reducir riesgos. Es muy importante tener un pensamiento sistémico para mantener un orden lógico para decidir dónde operar, así como hacer una responsable gestión del riesgo en todo momento.
También destacan la utilización de técnicas de control emocional para mantener a raya tanto el enfado como la euforia y evitar que las emociones tomen el control de las decisiones. Dado que el trading tiene una dinámica vertiginosa, y permite operar en muy poco tiempo, debe tener agilidad y flexibilidad en el desarrollo de procesos. Asimismo, todo trader que perdura lo hace aprendiendo de su historial de inversiones perdidas. De ahí que la resiliencia para sobrellevar las pérdidas y la adaptación al cambio para reconvertir la estratégica serán fundamentales para sobrevivir en la profesión.
De estudios realizados en Brasil y Taiwán —que son un claro indicador del auge del trading pero también de sus dificultades— se desprende que el 40% de los inversores abandona durante el primer mes, el 80% deja de operar en los dos primeros años; mientras que si hablamos de supervivientes, el 13% llega a los tres años y sólo el 7% alcanza los cinco años operando en trading, prueba de que a pesar de que las ganancias pueden llegar a ser altas, pocos son los aptos para soportar la presión.
FUENTE: EL DIARIO
