Para realizar un smart contract es necesario programar sus condiciones. Por el momento, el lenguaje más utilizado es Solidity, muy parecido a Javascript, que puede interactuar con la Ethereum Virtual Machine (EVM).
Cuando el contrato está listo, cada una de las partes implicadas debe firmarlo y, si exige un depósito, se debe realizar en ese momento. Al final, el código se “coloca” en una cadena de bloques para que no pueda ser modificado.
Ventajas e inconvenientes de los smarts contracts para las empresas
Los smart contracts se pueden aplicar a una amplia gama de servicios. Pueden utilizarse en los contratos de préstamos para retirar las garantías si no se realiza el pago a tiempo o en la liquidación de operaciones para transferir los fondos automáticamente. También se pueden usar para automatizar los pagos cuando los proveedores o clientes cumplen con su parte del contrato.
La principal ventaja de los smart contracts es que permiten reducir los costes asociados ya que eliminan a los intermediarios. Eso también implica una reducción del tiempo que se destina a este tipo de interacciones, sobre todo cuando hay que realizar reclamaciones. Una reclamación simple que podría tardar varias semanas, se resuelve rápidamente con un smart contract.
Este tipo de contrato también supone una mayor seguridad respecto al contrato tradicional ya que, gracias a la protección que brinda el sistema de cadena de bloques, es un acuerdo blindado en el que no existe la posibilidad de fraude. Todas esas ventajas se traducen en una mayor agilidad para hacer negocios y una mayor velocidad para ejecutar las transacciones, lo cual implicaría poder cerrar más acuerdos comerciales minimizando el riesgo de incumplimientos.
Por supuesto, los smart contract también encierran algunas desventajas, por lo que es importante contar con un buen asesoramiento jurídico antes de adentrarse en este mundo. El hecho de que los contratos, una vez escritos y programados, no se pueden modificar con facilidad, puede representar un problema en el cambiante mundo de los negocios.
Otro problema vinculado a los smart contract se refiere a que, si bien la cadena de bloques no se puede hackear, sí es susceptible de errores que pueden llegar a tener consecuencias muy serias para las empresas implicadas.
FUENTE: CONAVALSI