Seguramente en los últimos meses haya oído hablar de su caída pero realmente ¿sabemos qué es un NFT? Estas siglas forman parte del ecosistema digital y tienen el poder de transformar la sociedad. Hoy hablaremos sobre el criptoarte, que ha supuesto una revolución tecnológica y económica en nuestros días.
¿Qué son los bienes fungibles y no fungibles?
Para comprender qué es un NFT primero hay que conocer las características de los bienes fungibles y no fungibles. De esta forma, resulta más sencillo entender por qué esta tecnología se ha viralizado y ha supuesto una gran inversión económica en los últimos meses.
- Bienes fungibles: se trata de cosas de carácter mueble y reemplazable. Estas se agotan cuando se usan, es decir, tienen que usarse para ser consumidos. Por ejemplo, el dinero.
- Bienes no fungibles: son bienes que no se pueden intercambiar por otros porque son únicos, no existe otro igual. Por ejemplo, las obras de arte.
Teniendo en cuenta ambas definiciones, a continuación podemos profundizar en qué es un NFT, sus características y su relevancia en la actualidad.
¿Qué es un NFT y cuál es su origen?
Las siglas de NFT hacen referencia a “No Fungible Tokens”. Es decir, se trata de activos digitales que tienen un valor único y no son intercambiables porque no existen otros iguales. En otras palabras, son obras de arte creadas a través de canales digitales que utilizan la tecnología blockchain y se venden o subastan.
En definitiva, son el equivalente a las obras de arte físicas dentro del ecosistema digital. Imagínese que Vicent Van Gogh, Rembrandt o Salvador Dalí hubiesen realizado sus pinturas en un lienzo digital y hoy, en vez de en espacios físicos, estuviesen disponibles para ser adquiridas en la red.
Los NFT nacieron en el año 2017. Sin embargo, en apenas cinco años han tenido un grandísimo alcance y han generado grandes inversiones digitales. Lo que surgió como una idea de dos jóvenes canadienses se ha convertido en una revolución.
Estos impulsaron en movimiento punk cibernético que generó una multitud de transacciones con un valor de más de 800.000 dólares en los tres primeros años. No obstante, la verdadera popularización de los NFT llegó en 2020 cuando Mike Winkelmann vendió su obra por 67 millones de dólares.
En conclusión, la crisis mundial derivada de la pandemia fue el detonante de la creatividad de los artistas dentro del entorno digital. Ahora, muchos consideran que estos proyectos multiplicarán su valor con el paso del tiempo como lo han hecho obras de importantes artistas que hoy visitamos en museos.
Aplicaciones de los tokens no fungibles
Ahora que sabe qué es un NFT vamos a profundizar en las áreas de aplicación de esta tecnología. Como hemos mencionado, el arte digital o criptoarte es uno de ámbitos que más importancia tiene en este momento. No obstante, no es el único donde los bienes no fungibles tienen relevancia:
- Colecciones: son cromos pero en formato digital.
- Videojuegos: pueden representar activos en un juego.
- Música: los artistas pueden presentar sus trabajos como NFT de edición limitada y monetizarlo.
- Cine: las cintas cinematográficas pueden ser subastadas en este “formato”.
- Moda: permite adjuntar un NFT a un producto físico como ya hace Nike.
Los NFT y el marketing
Ya hemos mencionado que los NFT los utilizan sobre todo artistas y coleccionistas de arte. Sin embargo, hay otras muchas aplicaciones que hemos mencionado en el apartado anterior. Pero nos ha faltado uno: el marketing. ¿Sabe cómo pueden utilizarse los tokens no fungibles en esta área?
Dentro del marketing de contenidos, los NFT se pueden utilizar para proteger de robos y copias los vídeos y audios. Así las empresas han comenzado a utilizarlos para mantener su propiedad sin limitar su circulación en la red.
Además de esto, las organizaciones pueden utilizarlos para lanzar colecciones exclusivas y limitadas. Es una forma de destacar frente a otros competidores, incrementar la notoriedad e imagen de marca,…
Por otra parte, es sencillo crear tokens no fungibles de cualquier elemento digital, permite conectar con los fans de un modo directo y ahorra costes en diversos aspectos.
En el lado opuesto, no pueden considerarse objetos porque no son tangibles. De igual modo, crear aplicaciones descentralizadas para esta tecnología es complejo y lleva mucho tiempo. Además, al ser un mercado nuevo puede resultar complejo entenderlo y encontrar al público objetivo. Por último, hay dos consecuencias claves:
- Potencial pérdida de la inversión: el mercado fluctúa y puede generar pérdidas.
- Huella de carbono: el blockchain requieren muchos recursos energéticos para crearse.