El emisor de un bono promete devolver el dinero prestado al comprador de ese bono, normalmente más unos intereses fijados previamente, conocidos como cupón. Por eso se conoce como instrumento de renta fija.
¿Cómo funciona un bono?
Es importante tener en cuenta que el dinero que se devuelve al comprador es el valor nominal del bono (más los cupones sí los hubiera), que no siempre coincide con el precio de emisión del bono, o con el de compra.
En muchas ocasiones los bonos se emiten por debajo de su valor nominal, que es lo que se conoce como emisión con descuento, ya que el bono se emite bajo la par. Pero también puede emitirse por encima del valor nominal, en lo que se conoce como sobre la par. Si se emite con el mismo valor se llama «a la par«.
Como muchos bonos también cotizan en el mercado secundario puede que una vez emitido, bajo la par por ejemplo, su precio suba y cotice sobre la par, o viceversa.
Los bonos son una de las principales fuentes de financiación de las grandes empresas y las Administraciones públicas, principalmente de los Gobiernos, que mediante la emisión de bonos materializan la deuda, entregando a sus prestamistas un activo financiero.
¿Y quién compra estos bonos? Cualquier persona puede comprar un bono con el objetivo de obtener rentabilidad de su propio dinero. Es un proceso relativamente sencillo, aquellas personas que quieren invertir en bonos, pueden hacerlo comprando un bono directamente con su bróker, o comprando un fondo de inversión que contenga bonos.
Un bono es básicamente un préstamo dividido en trozitos. La organización emisora divide el total de la deuda que quiere colocar en pequeñas porciones, llamadas bonos, así cualquier persona le pueda prestar dinero, porque los préstamos son tan grandes que no se los puede conceder un solo agente, y por tanto, dividen «el contrato» del préstamo en muchos pequeños contratos o títulos (los bonos), para que la persona que posea el bono tenga un derecho a que le devuelvan el dinero que ha prestado más un interés. Los bonos pueden ser transferidos en el mercado secundario y por ello varía su precio de cotización. A los propietarios o prestamistas de los bonos se les llama «tenedores» o «bonistas».
Al comprar un bono estamos haciendo un préstamo. El comprador entrega una cantidad de dinero, llamada capital del bono, a la empresa emisora del bono (empresa que recibe el préstamo). La empresa se compromete a devolvernos en una fecha de vencimiento, previamente establecida, la cantidad que le hemos prestado, más un tipo de interés también previamente establecido. Por eso los bonos se consideran activos de renta fija, ya que independientemente de como le vaya a la empresa nosotros vamos a recibir a final del periodo el interés fijo al cual se ha comprometido la empresa emisora. Aunque a veces tienen tipos de interés variables.
Muchas veces se emiten a descuento, es decir, la empresa emisora se compromete a entregarte en la fecha de vencimiento del bono el 100% del capital nominal, que generalmente son 1000 euros. Y en la fecha de emisión, en la que nosotros entregamos el dinero para la compra del bono, no debemos prestarles el 100% si no un poco menos.