Al igual que los bienes y servicios, el tipo de interés depende la ley de la oferta y la demanda. Es decir, lo establece el mercado.
Así, cuanto menor sea esta tasa de interés, mayor demanda de recursos financieros habrá y, por el contrario, cuanto mayor sea, menor será la demanda de estos recursos financieros. Sin embargo, en el caso de la oferta, la relación con la tasa de interés es directa porque cuanto mayor sea, mayor será la predisposición de prestar dinero, y cuanto más bajo sea el tipo de interés, menos se querrá prestar dinero.
Obteniendo un punto de equilibrio con la asociación de estas dos variables se establece el valor del tipo de interés. Aunque, el mercado no es el único que indica su valor, también existen otras variables importantes directamente relacionadas con los tipos de interés. Estas variables son:
- El tipo de interés real de la deuda pública.
- La inflación esperada.
- La prima por liquidez.
- Riesgo de intereses de cada plazo de vencimiento.
- La prima por riesgo de crédito del emisor.
Además, el banco central del país fija un tipo de interés que afecta a todos los factores arriba mencionados. Su control le permite aplicar políticas económicas expansivas o restrictivas reduciéndolo o ampliándolo.